sábado, 29 de octubre de 2011

Ficciones: mitos de la creación


El desarrollo de las artes en la antigüedad parece tener algo que ver con las aspiraciones humanas a acercarse a lo divino. Por eso el mero acto de creación de una obra de arte se equiparaba al acto de creación de los propios dioses/dios, como bien ejemplifica, por ejemplo, el mito de Pigmalión.
De ahí que la idea de creación sea alabada en muchos momentos de la historia y rechazada en otros (apropiacionismos, ready-mades, etc.). Como artistas, por tanto, desde la postmodernidad se nos ha motivado para cuestionar o analizar esta capacidad creativa que parecemos poseer los seres humanos.
Esta idea de creación, de por sí me atrae, pero mis intereses siempre se han centrado más en lo que rodea a lo humano, que en lo humano en sí (el paisaje habitado frente al humano que lo habita), de manera que finalmente me topé con los mitos de creación del mundo (que no debemos olvidar que son son una recreación humana del origen del mundo donde vive y de sí mismo).
Estos mitos son la base para entender el mundo por diferentes culturas a lo largo de la historia. Y las obras de arte eran la manera que estas tenían de manifestar estas creencias. Así, pinturas como La batalla de Alejandro en Issos (1528) todavía da muestra de la concepción de que se tenía del mundo como una superficie plana. Esto hace obvio que “el artista nunca ha pintado las cosas como las ve, sino como las piensa”.
De ahí mi interés por las ficciones, modos de representar posibles mundos que comienzan a alejarse de nuestra realidad. Así, al igual que las antiguas culturas tenían mitos de la creación en los cuales los hombres se hacían de barro, la ciencia moderna nos ofrece cientos de sugerencias para poder explicar fragmentos de realidad, que constituyen un excelente material para la fabulación del artista.
En definitiva, el trabajo consiste en ver nuevas posibilidades en el ámbito de las representaciones del mundo, de sus fundamentos, pilares, orígenes, mecanismos de funcionamiento, leyes...

Así mismo, el tema parece propicio para tratar también su antítesis (“toda partícula va acompañada de su antipartícula”), de manera que, de los orígenes del mundo se genera también la destrucción del mundo, a través de espacios postapocalípticos pictóricos igualmente sugerentes.

En resumen, el tema de las ficciones, a través de las representaciones del mundo derivan en estudios tanto sobre su creación y como su destrucción, siempre desde la perspectiva del arte como generador de formas de entender el mundo dentro de la cultura.

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